Las leyes no se generan con solo “soplar y hacer botellas”, como dice el refrán popular. Sin embargo, las promesas en campaña electoral llegan como si se tratara de una lista de deseos a Santa Claus, y ante la falta de cumplimiento un sector de la comunidad inmigrante expresa su cansancio por no ver resultados.
“Cuando estaba en deportación, en el 2008, esperaba que Barack Obama hiciera la reforma migratoria y luego en el 2012, y nada”, rememoró Ulises Guerrero, gerente de un restaurante.
“Se siente uno frustrado, porque Joe Biden prometió la reforma migratoria también y ya pasaron los 100 días y no ha hecho nada”, agregó Guerrero, originario de Tijuana, México. “Los que tienen documentos y las familias de nosotros votaron por ellos, y estamos a la espera de que nos den algo”.
A las puertas de que termine el 2021, líderes de organizaciones pro-inmigrantes consultados coinciden en cierto hartazgo de que el partido demócrata utilice la oferta electoral para obtener votos, pero lo que prometen nunca llega a cristalizarse en una votación tras otra.
Lo hizo Barack Obama en el 2008. En el 2020 Joe Biden siguió el mismo libreto, diciendo que en los primeros 100 días aprobaría una reforma migratoria y, además, prometió cambios en el sistema para revertir las políticas anti-inmigrantes que estableció Trump.
“Es un cambio lento”, valoró Gabriela Pinto, abogada de inmigración.
A juicio de la abogada, la administración Biden revirtió todo lo relacionado a la carga pública para el ajuste de estatus migratorio y, también, las solicitudes de mujeres víctimas de violencia doméstica se han visto favorecidas, contrario a lo que pasaba en el gobierno anterior.
Sin embargo, Pinto plantea que si hubiese voluntad política, con solo reformar la sección 245(i) de la Immigration and Nationality Act (INA), se tendría un gran impacto en los inmigrantes que podrían regularizar su estatus gracias a peticiones familiares y laborales.
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