En la campaña electoral, Joe Biden se comprometió a reformar el sistema migratorio estadounidense, “tomando medidas urgentes” para acabar con las políticas de Donald Trump.
Al llegar a la presidencia en enero, el demócrata ordenó la reunificación de los niños migrantes con sus familias, puso fin a la construcción del muro fronterizo y pidió revisar de los programas de inmigración legal cancelados por su predecesor.
Pero a aquellos que buscan ingresar por la frontera sur de Estados Unidos, el gobierno de Biden les pidió paciencia y dijo que su administración necesita tiempo para prepararse para gestionar la llegada de personas.
“No estamos diciendo ‘no vengas'”, dijo esta semana el principal funcionario de seguridad nacional de Biden, Alejandro Mayorkas. “Estamos diciendo ‘no vengas ahora'”.
¿Hay una oleada de personas en la frontera?
Depende de a quién le preguntes, pero los números definitivamente están aumentando.
En enero, el mes en el que Biden asumió el cargo, 5.871 niños no acompañados cruzaron la frontera -comparados con los 4.995 de diciembre- según datos de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de EE.UU. (CPB, por sus siglas en inglés).
Y la CPB informó de un promedio de casi 3.000 arrestos por día en enero, en comparación con menos de 30.000 durante todo un mes el año pasado.
Sin embargo, el gobierno de Biden cuestionó que todavía haya una “crisis” en la frontera.
“La respuesta es no”, dijo el secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, a un periodista esta semana. “Creo que hay un desafío en la frontera que estamos manejando”, añadió.
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